Maquillarse: Un acto sorprendentemente histórico.
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En ocasiones oigo
comentarios que me hacen reflexionar tales como que maquillarse es un
acto puramente narcisista o que se trata de una banalidad, llegando
en ocasiones a minusvalorar la profesión a la que personas como yo
nos dedicamos. Profesión, por cierto, desarrollada en su mayor parte
por mujeres (curioso, ¿no?).
Para entender el valor
y el poder del maquillaje tal y como lo concebimos hoy
en día es fundamental conocer su origen y evolución a lo largo de
la historia aunque sólo sea a través de “pequeñas pinceladas”.
Podría decirse que el
maquillaje comenzó siendo utilizado por el ser humano como medio de
comunicación no verbal (identificación de tribus, estatus social o
de poder, oficios, etc..), cosa que se ha mantenido hasta la
actualidad. Paralelamente, en todas y
cada una de las civilizaciones desde la Era de las cavernas hasta el
tiempo presente, la mujer ha desarrollado de manera innata una
especial sensibilidad por su propia imagen. Egipcias, griegas,
romanas, asiáticas, en la Edad Media, en el Renacimiento, etc; en
los diferentes siglos hasta llegar a la actualidad, hemos vivido
prestando especial atención a los cuidados estéticos.
Inevitablemente, esta sensibilidad evoluciona hasta conseguir
magnificar la belleza natural, interpretando a través del maquillaje
nuestra propia personalidad.
El maquillaje a lo largo
de la historia pasa por diferentes momentos, la estridencia y el
exceso presentes en unos siglos vendrá a ser sustituida por la
moderación de otros hasta llegar al siglo XX, siglo en el que la
imagen adquiere el mayor protagonismo. Dos guerras mundiales, avances
tecnológicos y el nacimiento de la sociedad de la comunicación con
el cine y la televisión como abanderados, otorgan a la imagen de la
mujer especial importancia revolucionando en consecuencia el mundo
del maquillaje. Artistas como Greta Garbo, Sofía Loren, Marilyn
Monroe, Brigitte Bardot, Meryl Streep, entre otras, se convierten en
modelos de belleza a imitar creando moda por la forma en que son
maquilladas. Ya no hay vuelta atrás, la mujer incurre en el mundo
laboral y lo hace dando una imagen especial donde el maquillaje
estará siempre presente.
Instalada en un nuevo
papel social, la mujer trabajadora e independiente utilizará, entre
otros muchos, los recursos que proporciona la cosmética para
reforzar su propia identidad. En la actualidad, hablar
de maquillaje es hablar de arte, cada mujer tiene el suyo propio,
perfectamente estudiado y adaptado a su estilo de vida. Más allá de
constituir un complemento más, el maquillaje ha sido y será el
elemento que nos hace únicas, nuestro mayor secreto de belleza por
el impacto que produce en quien lo percibe.
Como maquilladora
profesional, considero que el arte de maquillar debe aunar ética,
estética y conocimiento de su evolución a partes iguales,
necesarias para poder conservar reminiscencias de otros tiempos
perfectamente integradas en el presente que nos alzan a la vanguardia
del maquillaje actual.
Pilar
Camuñez Rodriguez
Pilluela
Agencia de Maquillaje
@pilluelamakeup
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