Yoga, meditación y ayurveda, el cócktel perfecto para el bienestar
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No
importa si tienes 40, si has brincado los 60 o te encuentras en la
adolescencia, cualquiera de estas disciplinas te va a ayudar a
sentirte mejor.
Yoga:
Disciplina nacida en la India que se compone de una parte física,
mental y espiritual.
Meditación:
Consiste en entrenar la mente con un objetivo, ya sea bienestar, como
fin en si misma, o como conexión con el mundo divino.
Ayurveda:
Es un sistema de medicina tradicional nacida en la India, que
proviene del sanscrito ayuh,
duración de la vida, y veda
conocimiento.
Estas
tres disciplinas llegadas de Oriente, están calando fuerte en
nuestra sociedad, sobre todo el Yoga, que aunque ha tardado más de
100 años en ser aceptado aquí, se está haciendo un lugar
importante en el mundo Occidental. Y
motivos no le faltan, ya que esta disciplina, de la que hay tres
ramas principales, aporta grandes y rápidos beneficios tanto físicos
como mentales a aquellos que la practican:
Fortalece:
Las asanas( posturas) tonifican cada parte del cuerpo.
Resistencia:
La práctica regular incrementa la capacidad de trabajo.
Flexibilidad:
Un cuerpo joven es mantenido y restablecido a través de un correcto
estiramiento.
Postura:
Mientras el tono y la flexibilidad se equilibran, se establece una
postura erguida y sin esfuerzo.
Energía:
La mejora del funcionamiento glandular y la relajación profunda
dejan a uno fresco y calmado.
Salud:
Un estado de bienestar consistente es experimentado cuando la mente y
el cuerpo están equilibrados.
Mejora
de la circulación sanguínea.
Concentración:
La penetración de las posturas de yoga profundiza y extiende la
concentración, la memoria y la atención.
Estabilidad
emocional: El contacto con el yo interno nos da perspectiva sobre la
vida y aísla la mente de las alteraciones.
Paz:
Tranquilidad en el mente, tolerancia en la mente y la absorción en
el yo interno genera un estado permanente de paz y tranquilidad.
Autoreconocimiento:
Desarrolla las habilidades necesarias para comprender el
funcionamiento de la mente a través de la observación de la
actividad del propio cuerpo y de la respiración.
Desarrollo
integral y progresivo de mente y cuerpo: facilitando la expresión de
los potenciales del practicante y fortaleciendo el autoestima.
Descanso
mayor durante la noche.
Calma:
Otra forma de afrontar los problemas.
Uno
de los lugares más importantes para la práctica de Yoga es
Risikhesh, ciudad situada en el norte de India y bañada por el
Ganges, el rio sagrado de la vida para el hinduismo.
Es
una ciudad preparada por y para practicarlo. Cientos de escuelas,
maestros, gurus, dos universidades, varios ashram, y el Ganges
cierran un circulo que propicia la practica del Yoga desde en un
entorno totalmente armónico. Aquí, para el hindú de a pié lo
terrenal y lo espiritual van unidos de la mano, y no pueden entender
el uno sin el otro. No
se entiende una vida sin yoga, una vida sin meditar, una vida sin una
parte espiritual.
Quizás
esa mezcla de lo divino con lo mundano hace de la India un lugar
de fuertes contrastes para el viajero.
Con
el afán de conseguir ese “ estado “, miles de turistas llegados
de todos los lugares del mundo, recalan aquí para practicar yoga y
meditación. Los
hoteles de Riskhesh, salvo raras excepciones, son modestos. Básicos.
Y es fácil encontrar en los pasillos personas con su alfombrilla a
cuestas, preparadas para una clase de yoga o meditar frente al Rio
con la ilusión de encontrar algún sadus al que seguir.
Otra
forma de alojamiento son los ashram, lugares para los que quieran
tener una experiencia realmente auténtica y cultivar cuerpo, mente y
espíritu “ como un yogui más”. Son
centros de conocimiento donde se profundiza en la meditación y la
enseñanzas hinduístas, tanto religiosas como culturales. Ahora
bien, son extremadamente modestos en infraestructuras, y el
visitante debe cumplir sus estrictas normas para poder alojarse en
él. Una
de estas normas son los horarios, que comienzan cada día sobre las
5.30 de la mañana con clases de yoga o meditación, y para que os
hagáis una idea, el día termina con la cena a las 7.30 de la
tarde. Durante
cada jornada, hay que asistir obligatoriamente a dos clases, una de
yoga y otra de meditación.
No
se pueden introducir alimentos,(hay que seguir su dieta vegetariana)
, ni por supuesto fumar o beber alcohol.
Sólo
hay wifi en la biblioteca (cuando funciona) y los visitantes tienen
que limpiar y ordenar sus habitaciones, incluso en algunos casos,
traer sus propias sábanas y toallas.
¡Yo decididamete me quedo con el hotel! Ya he pasado los 40 y busco un poco de comodidad.
Cerca
de Risikhesh, a unos 12 km, y una hora de trayecto, nos encontramos
con Haridwar.
Nunca
vi tanta gente y devoción unidas. El
hinduismo cree que el agua del Ganges pasó a través del cabello de
Shiva, derramándolo en siete ciudades, las siete ciudades sagradas
de la India. Una
de ellas es Haridwar.
Bañarse
en el Ganges a su paso por Haridwar es para el hinduismo el
pasaporte directo a la inmortalidad, al “motza”, al paraíso, sin
tener que pasar por otras reencarnaciones.
Yo
por si las moscas me di un baño sagrado, cogida a una cadena, por
temor a que la fuerte corriente del Rio me llevase hasta su
desembocadura en el Golfo de Bengala.
Luego
en unos “ habitáculos”, con puertas mas que rotas, destinados a
que las mujeres puedan cambiar su ropa mojada por seca, hice lo
oportuno a vista de todo el mundo, ya que allí, en ese lugar
especial y sagrado, no hay espacio para prejuicios. Seguidamente
me apresuré para disfrutar de la ceremonia aarti en otro lado del
Ganges. Entre
20 y 30 mil personas se reúnen cada día aquí, para asistir a este
ritual de adoración a la diosa Ganga, en la que el agua y el fuego
tienen un papel primordial.
Todos
llegan y se marchan con absoluta normalidad, en un caos totalmente
organizado en el que parece que cada cual conoce su cometido,
atendiendo las indicaciones de no más de 20 personas que manejan a
esa gran masa humana. Canticos,
música, el atardecer y los rituales con el fuego hacen el resto para
conseguir cautivar al hindú más ferviente y al turista más ateo. Ahora
entiendo como aquí, cada 12 años se celebra el Kumbh Mela, la
mayor peregrinación del mundo que reúne a más de 70 millones de
criaturas, entre sadus, gurus, religiosos, y creyentes con el fin de
conseguir el elixir hacia la inmortalidad.
¡Sólo los dioses, pueden manejar 70 millones de personas en un sola
sola ciudad, durante tres semanas! Así
que para las que estéis interesadas en vivir la espiritualidad de
primera mano, tenéis que viajar sin duda a esta zona de la India.
Damos
un salto geográfico y nos vamos a Kerala, la cuna del ayurveda.
Esta
medicina milenaria, tiene como propósito utilizar lo que la
naturaleza nos ofrece para proporcionarnos un modo de vida saludable,
bien sea a través de la alimentación, terapias naturales, el yoga,
la meditación, la paz interior o todo ello unido.
Para
el hindú, el ayurveda es un modo de vida innato.
Conocen
las propiedades de las plantas, los minerales, y los usan en su vida
cotidiana, con la misma facilidad que nosotros vamos a una farmacia o
nos damos una ducha.
En
la India, hay hospitales de ayurveda y hospitales “ ingleses”,
como ellos le llaman a nuestra medicina.
En
los primeros se busca el origen de la dolencia para erradicarlo, y
así erradicar la enfermedad. Los
procesos son mas lentos, pero a veces más efectivos, por que esas
dolencias no se repiten. Si
nos adentramos en las terapias y masajes con aceites y productos
naturales, la experiencia alcanza lo sublime. Terapeutas
en una sintonía y ritmo meticulosamente estudiado transportan al
paciente a un mundo de aromas, sensaciones y bienestar.
Las
instalaciones precarias a simple vista, esconden un vasto
conocimiento, en el que no se deja nada al azar. Luz tenue, música
ambiental, temperatura de los aceites, tonos de voz incluso. Es
fácil sentirse bien cuando se está recibiendo este tipo de
tratamientos.
Aún
más si se acompaña de comida ayurvédica, preparada para cada tipo
de “veda”, unas horas de yoga y un largo paseo por las playas de
Océano Indico.
¡
A partir de los 40, no merecemos menos! Y si quieres saber más sobre viajes de yoga, meditación y ayurveda,
no dudes en ponerte en contacto conmigo, y cuéntanos qué quieres hacer.
Obdulia
Bonillo.
Directora
de Indo Destination. Touroperador especialista en viajes a Asia.
Directora
de Viajes El Reino de Saba.
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