Bután, el país feliz

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Este no es un titulo si más.

Buthan, el pequeño país aislado en el reino de los Himalayas, lleva con orgullo este adjetivo, cuanto tiene que presentarse ante el resto del mundo.
Del tamaño de Suiza, es el tercer país menos poblado del mundo ( 750.000 habitantes ), y sus carta de presentación va desde cumbres de 7750 metros de altitud, o 95 metros sobre el nivel del mar en sus valles, lo que lo convierten en uno de los países con los paisajes más espectaculares del mundo.
Es el único país del mundo cuya religión oficial es el Budismo tántrico, que dice que Dioses, animales y seres humanos tienen por igual la semilla de la naturaleza de Buda en su interior.
Su sistema de gobierno es una monarquía constitucional. En 2008 se aprobó la constitución basada en el estudio de cartas magnas de muchos países, entre ellos y con especial interés el de España, con la que tiene muchas cosas en común.
Por ley la edad máxima para ejercer la política y cualquier cargo publico es de 65 años, no más, y prueba de ello es que el anterior rey abdico en su hijo de 33 años, a la edad de 53, para dejar paso a nuevas generaciones y formas de pensar.
Y hablando de gobierno, el actual rey ha sido el precursor de su Felicidad Interior Bruta, en lugar del Producto Interior Bruto, dando mayor importancia a la felicidad de sus ciudadanos que al dinero.
Para ellos hay un organismo que mide esta felicidad, tomando valores como el bienestar psicológico, la salud, la vitalidad de la comunidad, el buen gobierno y la diversidad ecológica.


La flor nacional es la amapola azul, y el animal nacional es el Takin, una mezcla entre carnero y vaca que vive salvaje en los Himalayas, siendo su mayor fuente de ingresos s la exportación de energía hidroeléctrica que venden principalmente a India.
Debido primero por su situación geográfica entre India y China, y segundo por elección de sus gobernantes, este país se ha mantenido aislado del mundo hasta que en el año 1974 permitió la entrada del primer turista.
Fue el último país del mundo en acceder a la televisión en 1999, y se cree que hay declarados unos 500 internautas, aunque son muchos más los chicos jóvenes que llevan Smart phones en sus bolsillos como signo de progreso, pero… sin conexión a internet.
Timphu, es la única capital del mundo que no tiene semáforos. El resto del país por supuesto tampoco. Es el primer país ecológico del mundo, donde fumar está prohibido y mal visto, pero hay tres marcas de cerveza local, las bolsas de plástico están prohibidas por contaminar al medio ambiente y los locales deben vestir el traje típico nacional cuando tienen que visitar cualquier organismo oficial aunque sea para hacer un simple tramite, para asistir a los festivales, ir al colegio o a cualquier evento social.
Sus tradiciones y creencias más profundas, no dejan de sorprender al viajero occidental, convencidos de que sus amuletos te salvarán de 8000 obstáculos a lo largo de toda la vida, los falos con alas pintados en las puertas de algunas casas sirven para ahuyentar los malos espíritus, y que hay un valle de la fertilidad donde las mujeres con problemas para concebir, serán bendecidas por los monjes con un falo de madera.
Tiene ríos machos y hembras. Los machos son fuertes y bravíos, y los ríos hembras mas suaves y mansos.


Los edificios típicos de Bután son los dgonz, compartidos por gobernantes y monjes, y en el que cada cual cumple su función.
Están decorados con ricas pinturas en colores llamativos, dorados, azules, rojos, vigas en el techo, tres patios y grandes molinillos de oración.

Con estos datos es fácil pensar que es uno de los destinos más auténticos de mundo, debido a la poca influencia del exterior, a la política de sus gobernantes y la propia concienciación de sus ciudadanos que luchan por mantener sus tradiciones y preservar la naturaleza.
En materia de turismo Bhutan lo tiene claro y el gobierno ha implementado una serie medidas especiales, que todo viajero que debe cumplir, si quiere disfrutar de las maravillas y exclusividades que este remoto país de los Himalayas ofrece.
Primero, hay que realizar el viaje a través de una agencia de viajes debidamente homologada, la cual además, proveerá el visado de entrada.
En segundo lugar, hay un gasto mínimo por viajero y por día de estancia en el país ( 200$), en el que se incluye, pensión completa, hotel básico o 3*, transporte, visitas y guía de habla inglesa.
Si quieres servicios añadidos, como una mejora de hotel o guía en español, el viajero deberá pagar el suplemento correspondiente.
Con estas medidas, el gobierno ha querido evitar un turismo masivo de bajo coste, como el que llega a países cercanos como Nepal o India, exprimiendo los los recursos del país, sin dejar beneficio alguno.
Así, que visto desde ese punto de vista, podemos considerar a Bhutan como un país elitista que “ selecciona “ a sus turistas, descartando de raíz a aquellos que piensen en unas vacaciones económicas con la mochila a cuestas.
Y es que el gobierno de Bhutan busca viajeros que compartan sus mismos valores.


Pero un viaje a Bhutan bien merece la pena. Llegar ya es un espectáculo en si mismo.
No más de 9 pilotos está autorizados a aterrizar en Paro, el único aeropuerto internacional de Bhutan, y uno de los más complicados del mundo, debido a que el avión deber hacer la maniobra de aproximación sorteando montañas de 5.480 metros, hasta adentrarse en un valle, donde la pequeña pista de aterrizaje está a 2.237 metros de altitud, junto a un rio.
Ahora bien, si el día está claro, prepárate para ver la grandiosidad de los Himalayas, desde el mejor balcón del mundo.

Y una vez en tierra, Bhutan transmite una imagen idílica que a muchos le ha llevado a llamarlo “ El ultimo Shangri-La”, una tierra de felicidad permanente aislada de mundo exterior.
Verdes valles, salpicados de magnolias, enebros, rododendros, pinos, y orquídeas. Ríos caudalosos con un agua casi de color blanco debido a que provienen del deshielo de los glaciares, construcciones típicas muy cuidadas y engalanadas de ricos colores, monjes ataviados con sus túnicas de color amarillo y naranja y transeúntes con una sonrisa perpetua dan la bienvenida al viajero.


Al ser un país pequeño pero muy montañoso los tiempos en los recorridos por carretera son largos, por lo que si disponéis tiempo os recomiendo dedicar al menor 15 días de viaje para conocer en profundidad el destino.
Hay hoteles de todas las categorías, y los de 5*, son auténticos remansos de paz, construidos con materiales ecológicos, donde no hay tv en las habitaciones ni internet, con el fin de conectar al máximo con la naturaleza y el entorno.
Si vuestro viaje coincide con la época de festivales mejor que mejor.
Eso si, recomiendo hacer la reserva con mucha, mucha antelación.

Viaje El Reino de Saba, es una agencia de viajes autorizada para la organización de viajes a Bhutan, y te aseguro que este destino único marcará un antes y un después en tus viajes.

Fdo: Obdulia Bonillo.
Directora de Viajes El Reino de Saba
Directora de Indo Destination, touroperador especialista en viajes a Asia.

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